« Curarse con plantas no sirve de nada, hasta que lo probamos »
Acabo de pasar diez días en el proyecto «Marie de Mazet», en un lugar magnífico en el medio de las Cévennes, en donde cultivamos y recolectamos cerca de sesenta plantas medicinales, regadas con agua pura.
Marie es la fundadora del proyecto, una periodista que dejó París para instalarse definitivamente en los campos de Mazet y convertirse en agricultora. ¿Qué es lo que la llevó a este cambio de vida? El deseo de que estas 70 hectáreas de tierra se vuelvan útiles para los otros y guarden su pureza ancestral.
«Me parecía inconcebible que una planta destinada a la salud del hombre, esté contaminada. Una planta de este tipo debe ser natural, sin residuos de pesticidas, de hormonas, de fertilizantes químicos y exenta de metales pesados. La tierra que la nutre debe ser sana y el agua que la riega, pura. Tuve suerte, estábamos lejos de las fuentes de polución de la vida moderna» (Extracto del libro de Marie d’Hennezel, «Plantas medicinales de ayer y de hoy»).
Debo confesarles que cuando llegué a Mazet, tocaba el burn out. Llegaba de dos meses de poco dormir, mucho estrés, después de una ruptura, un cambio de país. Los buenos momentos compartidos y de colaboración que viví durante los preparativos del proyecto me transportaron, pero era tiempo de cambiar de modo de vida.
Marie me recetó una cura de té de ortiga (sus hojas son ricas en hierro, en oligo-elementos, tonifican, dan energía, tratan especialmente las anemias y la insuficiencia cardíaca, me comenta ella) y me hace beber sus Tis’up (bebidas frías que mezclan jugo de frutas e infusiones de plantas cultivadas enteramente en el lugar). Pasaba mis días arrullada por el canto de los pájaros, la melodía del viento en los ramajes, el zumbido de los insectos. Rápidamente me sentí arrullada por una dulzura inmensa.
No piensen que pasé diez días a admirar la naturaleza, tengo que precisarles que en Mazet no se para. A partir de las 8 de la mañana Marie y su pequeño equipo se preparan al desherbe, a la recolección, al secado, al envío de correos, al recibimiento de visitas a los jardines certificados de Mazet «jardines notables».
Después de mi primer día de trabajo, me dolía desde la cabeza a los pies. Marie me asegura que antes de comenzar ella no había plantado ni dos rosales!
«El conocimiento me vino con la acción. Paso a paso, gesto tras gesto, recolección tras recolección; mis percepciones se afinaron. Basta con observar, repito. Los vegetales solo quieren mostrar su generosidad, pero con la condición de ser bien tratados. Si no emitimos ningún sentimiento negativo como la cólera, la nervosidad, se produce un intercambio» (Extracto del libro «Plantas medicinales de ayer y hoy»).
Marie es claramente una pionera. Les voy a dar una breve descripción de otros productos que ha iniciado:
- Para el secador de Mazet encontró una alternativa con paneles solares («que no se reciclan» me recuerda) diseñando con una arquitecta un edifico en donde el suelo, paredes, ventanas, escotillas e invernadero adyacente fueron construidos para que la circulación del aire permita a las plantas secarse lentamente y así también guardar sus minerales y calidades.
- Estas plantas tratadas con amor sirven para producir tisanas, aceites esenciales, hidrato, mermeladas y también homeopatías BIO (comercializadas por el laboratorio Sevene pharma).
Yo utilizaba tisanas y aceites esenciales a diario, pero ahora lo haré más conscientemente. Gracias Marie y Bertrand por haberme permitido inaugurar mi tour de Francia a su lado en este proyecto excepcional.
Encuentren el campo de Mazet en la página web www.mariedemazet.fr y en la aplicación YesWeGreen!
Traducción: Isabel Falcionelli